El desayuno saludable que no lo parece: bizcocho integral con crumble, el más esponjoso y ligero

Un bocado jugoso y perfecto para desayunar sin remordimientos. Es ligero fácil y con el toque crujiente que le da el crumble. ¡Te va a encantar!

Bizcocho esponjoso, integral y ligero
GTres
4 personas
60 min

5

(102 votos)

Temporada:

Todo el año

Tipo Plato:

Postres

Precio:

€ €

Dificultad:

Fácil

Hay recetas que te reconcilian con el horno y que te hacen preguntarte: “¿Por qué no lo hago más a menudo?”. Este bizcocho integral con manzana, arándanos y crumble es exactamente eso. Un bocado dulce, pero no empalagoso, con una textura esponjosa que no esperas de una receta tan saludable. Y encima, se prepara con ingredientes que casi siempre tienes en casa. Desayunar un trozo de este bizcocho integral hace que todo parezca ir un poco mejor.

Si te gusta experimentar con los bizcochos ligeros, no puedes perderte el bizcocho esponjoso de avena y naranja superfácil o el bizcocho de coco sin harina, son una deliciosa manera de comenzar el día.

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Ligero, fácil y con el toque crujiente que le da el crumble, el bizcocho que te sugerimos hoy, tiene ese equilibrio que buscamos quienes no queremos renunciar al dulce, pero tampoco queremos pasarnos de la raya. Además, al estar hecho con harina integral, azúcar moreno y fruta natural, te da esa sensación de estar cuidándote sin sacrificar el sabor. Te adelanto que si lo acompañas con una bola de helado de vainilla o un buen copete de nata montada tendrás un postre de primera categoría. Ten por seguro que allá a donde va este bizcocho triunfa.

Ingredientes paraEl desayuno saludable que no lo parece: bizcocho integral con crumble, el más esponjoso y ligero

  • Para el bizcocho
  • 1 yogur natural (125 gramos)
  • 3 huevos
  • 2 medidas del yogur de azúcar moreno
  • 3 medidas del yogur de harina integral
  • 3/4 de medida del yogur de aceite de girasol o de oliva suave
  • 1 manzana
  • 1 sobre de levadura en polvo
  • 1 puñadito de arándanos (frescos o deshidratados)
  • 1 pizca de sal
  • Para el crumble
  • 50 gramos de harina
  • 50 gramos de mantequilla fría
  • 50 gramos de azúcar (puede ser blanco o moreno)

1. Monta las claras y mezcla la base

Empieza separando las claras de las yemas. Bate las claras con una pizca de sal hasta que estén a punto de nieve. Añade con cuidado las yemas batidas y mezcla con suavidad para que las claras no bajen. Incorpora el azúcar moreno, el yogur y el aceite. Remueve bien hasta que todo esté integrado.

2. Tamiza la harina y añade la fruta

En otro bol, mezcla la harina integral con el sobre de levadura en polvo y tamízala. Añádela poco a poco a la mezcla anterior. Pela y trocea la manzana en cubitos pequeños, e incorpora junto con los arándanos. Remueve suavemente hasta tener una masa homogénea.

3. Prepara el molde y hornea la primera parte

Engrasa un molde alargado tipo plum cake con un poco de mantequilla o aceite y vierte la masa en su interior. Con el horno ya precalentado a 180 °C, hornea el bizcocho durante 30 minutos.

4. Haz el crumble y termina la cocción

Mientras el bizcocho está en el horno, prepara el crumble. Mezcla la harina con el azúcar y la mantequilla fría cortada en dados pequeños. Trabaja con los dedos hasta conseguir una textura de migas gruesas. Pasados los primeros 30 minutos, abre el horno, reparte el crumble por encima del bizcocho y hornea 10 o 15 minutos más, hasta que veas que el crumble está dorado y crujiente.

5. Deja enfriar y disfruta

Cuando esté listo, apaga el horno y deja la puerta entreabierta. Deja reposar el bizcocho dentro unos minutos antes de sacarlo. Luego, colócalo sobre una rejilla y deja enfriar por completo antes de desmoldar.

El truco

Este bizcocho se conserva fenomenal envuelto en papel de horno dentro de un táper hermético. Al tercer día sigue estando tierno y sabroso. Y si lo quieres aún más jugoso, acompáñalo de un yogur natural o una cucharada de queso fresco batido con un poco de miel.

Ideal para el desayuno, la merienda… o para darte un capricho

Lo bueno de este bizcocho es que se adapta a todo. Es lo bastante sano como para desayunarlo sin culpa, pero también lo bastante goloso como para acompañar un café en la merienda. El toque de manzana le da humedad, los arándanos le confieren ese punto ácido que contrasta con el dulzor de la masa, y el crumble… bueno, el crumble es adictivo. Crujiente, sabroso, con ese aire a pastelería de escaparate que te hace sentir que estás comiendo algo especial.

Si no tienes arándanos, puedes sustituirlos por pasas, dátiles picados o incluso unas nueces. Y si lo haces para niños, puedes añadir un poco de canela o unas virutas de chocolate negro. También admite bien el cambio de la manzana por pera o plátano maduro, en caso de que quieras aprovechar alguna fruta que se está quedando demasiado madura en el frutero.

¿Te animas a prepararlo?

Este bizcocho integral con manzana, arándanos y crumble es uno de esos placeres sencillos que convierten un día normal en uno un poco más especial. No necesitas batidoras industriales ni ingredientes sofisticados. Solo ganas de mezclar, hornear y disfrutar del resultado con calma. El olor que va saliendo del horno es, ya de por sí, una recompensa.

Así que, si estás buscando una receta fácil, sana y deliciosa para tus desayunos o meriendas, aquí la tienes. Te aseguro que cuando cortes el primer trozo y veas cómo se desmiga el crumble, vas a querer repetir. A mí ya me ha pasado.

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